domingo, 30 de diciembre de 2007

Superficie de Bosque Nativo en Chile

A partir de las cifras dadas a conocer por el “Inspector Jeneral de Pesca y Caza” Federico Albert, en 1914, en que el “bosque explotable” alcanza a 4.489.540 hectáreas, más 3.604.900 que llama “bosque de pastaje” y pide no considerar, también incluye 7.517.550 de hectáreas, denominado por él “bosques productores de leña” (tal vez, lo que luego se denominó matorral). También afirma que la destrucción vandálica de bosques por quemazón en la zona central y en la Frontera afectó a 13 millones de hectáreas.

Como es posible deducir de la particular nomenclatura empleada por el Inspector General, la cifra que arroje un catastro, censo o medición en realidad dependerá de una clara y veraz definición, por parte de quienes lo realicen, del tipo de vegetación merecedora de ser considerada como bosque nativo:

Veamos algunos casos de mediciones serias y otros en que la falsedad es fácil de comprobar

Según el Censo Económico (Forestal) realizado en 1943 bajo especial vigilancia del geógrafo, estadístico e ingeniero agrónomo Carlos Keller la superficie nacional de bosque virgen resultó ser de 5.324.000 hectáreas.

Una cifra similar proporciona en la misma época la misión norte americana Haig (doctor Irving T, Haig) la cual demoró 2 años, utilizó aviones, barcos y cartas aero fotogramétricas:

Bosques 4.373.300 Hectáreas
Renovales 465.400 “
Quemado y floreado 603.200 “_____
Total País 5.441.900 Hectáreas

También menciona la existencia de unos 9 millones de hectárea de matorral (Woodland)

Estos pueden llamarse datos importantes a los cuales es posible atenerse. Pero hay otras cifras que provienen de fuentes muy dudosas, casi demenciales, como lo fue el Departamento de Recursos Agrícolas y Forestales del Ministerio de Agricultura en 1955, dando como superficie forestal en Chile 20.443.000 Hectáreas y como superficie agroforestal total, 53.469.000 Hás. Cifras que fueron consideradas erradas e ilógicas por los expertos pues superaba en más del doble las cifras obtenidas en censos anteriores y posteriores.

Con todo, esta cifra tan absurda del Ministerio de Agricultura de la época fue copiada por la Misión FAO (H. Igler) en 1959, arreglada y disfrazada en 20.2 millones de Hectáreas de bosque nativo, con 9,8 millones de hectáreas accesibles, las cuales corresponderían a las 5,5 millones dadas por Haig y 10,4 millones de Hás, escondidas bajo la calificación de como inaccesibles.

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La CORFO tampoco se complicó en investigar, al preparar su Geografía Económica de Chile de 1965, y ahorró tiempo, copiando al pie de la letra, las mismas extrañas cifras inventadas por el Ministerio de Agricultura en 1955.

En 1970 El Instituto Forestal adopta también las absurdas cifras del Ministerio de Agricultura de 1955 y luego copia exactamente las cifras, ya falsas, de la Misión FAO y los conceptos de accesible e inaccesible e improductivo, evitando mayor análisis.

En 1977 la CONAF, superó las cifras del Ministerio de Agricultura de 1955, dando a conocer la “Política Forestal” del Gobierno, anunciando que existen 12 millones de terrenos forestales potencialmente maderables y otros 22 millones maderables con limitaciones. Mencionar esta cifra fue un craso error de CONAF, al mal interpretar lo expresado por el profesor Mario Peralta, en su libro: Uso, Clasificación y Conservación de Suelos, en el cual explica sobre suelos no agrícolas pero aprovechables para otros fines: “Una superficie de esa magnitud (22 millones) ocupando suelos clase VIII mantiene – o es apta para mantener – vegetación arbórea o arbustiva”.

Lo absurdo y raro del asunto es que, posteriormente, el Instituto Forestal en 1993 y el Ministerio de Agricultura (Sub comisión bosque nativo) en ese mismo año, trataron de justificar esta absurda cifra.

Con todos estos antecedentes, fácilmente comprobables, resulta difícil creer en veracidad de las cifras provenientes de catastros, sin analizarlas con calma y cuidado

Muchos de los errores planteados se debieron a hechos curiosos: hacía falta una aclaración sobre los conceptos forestales incluidos en las cifras y no era fácil disponer de procedimientos de medida que dieran cierta garantía. Esto producía inseguridad y lo menos comprometedor era repetir los valores dados por instituciones de gobierno o con renombre internacional, como ser el Ministerio de Agricultura al cual copió CORFO y antes ya lo había hecho la Misión FAO.

Es cierto que existen trabajos de mayor seriedad como el efectuado por Harald Schmidt y Antonio Lara en 1983: Por INFOR en 1985 y por Francisco Ulloa en 1991. No obstante, estas versiones presentan diferencias involuntarias debido a la falta, como se ha dicho, de una buena aclaración, de contexto nacional, sobre los conceptos incluidos en las cifras.

A comienzos de 1993 la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA) impulsó el proyecto “Catastro y Evaluación de Formaciones Vegetales Nativas” con financiamiento del Banco Mundial, por 4,5 millones de dólares, para ser ejecutado en un plazo de 3 años. Su justificación se basa en el hecho que “En Chile no existe información actualizada y confiable respecto a la extensión, calidad y localización de los bosques nativos”.

Dicho proyecto fue implementado mediante un acuerdo operativo entre CONAF y CONAMA quienes llaman a licitación pública internacional para su realización. Esta fue ganada por un consorcio en el cual hizo de cabeza la Universidad Austral de Chile.
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Para la cartografía de aquellas áreas en las cuales se utilizará una escala 1:50.000 se recurriría a fotografías aéreas pancromáticas tomadas por la Fach. En las áreas cuya cartografía correspondiera a una escala 1: 250.000 se utilizarían imágenes del satélite Landsat.

Todo estaba perfecto, por fin Chile conocería la superficie real de bosques nativos por regiones y tipos, con que contaba y su estado de conservación. Sólo faltaba definir que se llamaba bosque nativo y no, simplemente, matorral. Para CONAF, inspirándose en FAO “El concepto actual abarca cualquier formación vegetal nativa en la cual los árboles cubren con sus copas al menos el 25% del suelo y alcanzan más de 2 metros de altura”.

Eso satisfizo plenamente a CONAF y a mucha gente con intereses en el rubro. Una opinión realista posterior fue: la siguiente: “Encontramos más bosque nativo que lo que dicen las cifras históricas, debido a la metodología empleada” (El Mercurio 19.09.1995)

El Ingeniero forestal que dirigió el catastro, de gran seriedad y experiencia profesional, se sintió motivado en dar a conocer el hecho que dado la normativa de utilizar la definición de bosque nativo dada por FAO para países en vías de desarrollo, debió incorporarse en la medición, los vegetación achaparrada y los renovales bajos (matorrales), que antes no eran considerados bosques. Además, hizo presente otro importante punto necesario de considerar al analizar la exuberancia de las cifras publicitadas “Uno de los datos más preocupantes es el porcentaje de intervención de bosques que se observó en las diferentes regiones”

Los técnicos responsables del catastro, sin entrar todavía en el tema de la intervención humana destructiva, hicieron un análisis de la superficie real de bosque nativo a esa fecha, con criterios más rigurosos que los planteados por FAO, como ser:

Criterio 1: Bosque nativo con una altura mayor a 12 metros. Superficie 5.675.621 hectáreas.

Criterio2: Bosque nativo adulto y renoval adulto, con altura superior a 20 metros y renoval sobre 12 metros. Superficie 2.094.725 hectáreas.

No obstante, considerando la intervención humana destructiva consistente en: Floreo antiguo y reciente; Incendio parcial y total; Raleo y tala rasa indicadas en el catastro, cuyos valores se indican más abajo y dejando fuera el bosque achaparrado de Magallanes, la superficie real obtenida según criterio 2 sería de:

Tipo Bosque Bosque denso criterio 2 Intervención Bosque denso sano
Ha % Ha
Bosque Adulto 798.090 37,61 497.928
Renoval 872.764 59.92 349.804
Adulto Renoval 63.687 94.70 3.375
Total 1.734.541 851.108
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Me apresuro a decir que el catastro fue un trabajo serio y bien realizado. Pero el tema contiene, como sucede habitualmente en lo referente al Bosque Nativo en Chile, dos irregularidades:

Una, la adopción por CONAF del ampuloso criterio de FAO.

La otra: dar gran publicidad a una cifra de 13,4 millones de Hás, repetida hasta el presente por autoridades y por la prensa, en circunstancias que aceptando el criterio 2 y el porcentaje de intervención verificado en el catastro, la cifra resultante es sólo un 6,35% de la publicitada.

Además, el catastro fue dado a conocer en 1997. Diez años más tarde, según cifras del VII Censo Nacional Agropecuario y Forestal realizado por el INE y el Ministerio de Agricultura, “el 52,4% de las explotaciones madereras está constituido por predios de bosque nativo, es decir, unas 3,5 millones de hectáreas” (El Mercurio 14.11.2007)

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Enrique Castro Lobos
Diciembre 2007

1 comentario:

Anónimo dijo...

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